Esta fecha ya de por si había marcado un hito en mi vida. Julio se dio cuenta que el día que llegamos a Santiago justo estábamos cumpliendo 4 años de haber llegado a vivir a Lima. Esas coincidencias encantadoras que son buenos augurios.
Tuvimos mucho tiempo para descansar el día anterior! Madrugamos un poco más de lo normal y disfrutamos de este hotel que de lejos había sido el mas lindo del recorrido. O Pedrouzo es literalmente un pueblo dormitorio, que tiene su razón de ser en albergar a los peregrinos que pernoctan antes de llegar a Santiago. No me alcanzo a imaginar que fue de todos estos pueblos y aldeas durante el tiempo que el camino estuvo cerrado por la pandemia.
Algo aprendimos en este tiempo y es que las distancias no son exactas, en algún lado decía que eran 18 kms hasta la Catedral (punto de llegada) según nuestras cuentas fueron 20 kms y según mi celular 22 kms. En este punto ya eso no importa tanto, sólo queríamos llegar. Hoy el camino estaba muy lleno, el clima frío pero con el sol resplandeciente, sin conocidos por la ruta, pero se podía notar la emoción y ansiedad de todos por culminar.
Hoy vimos dos cosas especiales en el recorrido. Un grupo de estudiantes españoles que caminaban con música, con un estandarte y con una enorme cruz que cargaba uno de los chicos, me pareció muy inspirador. También en el camino encontramos la ermita de Santa Lucía, que tiene un significado especial para mi familia. Sin duda es un camino lleno de fe, mensajes y bendiciones.
Hoy no queríamos parar a descansar porque la intención era llegar a las 12 para poder asistir a la misa. Pero cuando nos dimos cuenta que no lo lograríamos optamos por bajar el ritmo, descansar un poco y tomar aliento.
Al final divisamos las torres de la catedral desde el Monte Gozo (porque los peregrinos sentimos gozo cuando vemos por primera vez la Catedral) a eso de la una de la tarde y llegamos a ella a eso de las 2:30. En algún momento la señalización desaparece y uno se guía por el instinto, por las torres y por el andar de otros peregrinos. Con lo que uno no cuenta es que el centro histórico de Santiago es un hermoso laberinto en el que por primera vez y luego de 120 kms de caminata nos sentimos perdidos, porque ni las apps de mapas lograron ubicarse.
Aún no logro describir la sensación de llegar. Pasmado, extenuado, extasiado, orgulloso, emocionado, contrariado, adolorido, abrumado… todas aplican.
Yo estaba un poco escéptico sobre todo lo que el camino podría generar en mi y creo que va a pasar mucho tiempo hasta que lo tenga 100% claro. Efectivamente hay un ingrediente de dolor físico que te pone al límite de tus capacidades. Existe un ejercicio enorme de humildad al ver que sin importar la edad o el género hay gente mucho más fuerte que uno. Pero lo más importante son esos momentos de silencio e introspección, que al menos para mi, son muy escasos en la cotidianidad. También y no menos importante esta presente un enorme agradecimiento por la salud física y mental que me permiten tomar este tiempo para mi y cumplir una meta más en la vida y es un gran privilegio contar con un compañero que al principio te sigue en tus ideas, pero que luego te guía y empuja para cumplirlas.
Después de llegar a la catedral, de tramitar la Compostela, de ir misa, de comulgar y de cumplir con todos los requisitos del año Xacobeo, nos dedicamos a cosas mas mundanas en esta ciudad que nos ha parecido espectacular! Sin duda una visita obligada a un lugar donde la comida y el vino son deliciosos y donde la amabilidad de la gente, acostumbrada a cuidar al peregrino desde hace mas de 1000 años, hacen de un entorno de cuento, una real fantasía.
Ya iniciamos nuestro camino de regreso a casa y siempre digo que después de un viaje uno vuelve sabiendo muchas más cosas, pero por primera vez regreso siendo una mejor persona.
BUEN CAMINO!
Francisco
Pd. Me hice un tatuaje en la pierna con el símbolo del camino y la fecha de llegada a Santiago!! (Quién lo diría)
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